Por  Raúl Caraveo        @raulcaraveo 

En la historia del ejercicio del poder presidencial nunca antes un presidente había dado una conferencia matutina  todos los días, de lunes a viernes, por espacio de dos horas o más, respondiendo puntualmente a los periodistas. Los anteriores presidentes como enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y Vicente Fox apenas si daban una entrevista cada tres meses a un solo periodista consentido del momento, con preguntas arregladas previamente y un edición  superior a Netflix o cualquier otra plataforma.

Como nunca antes un presidente había tenido la oposición desde los medios tradicionales de comunicación en red nacional, radio, televisión en cadenas nacionales, así como medios impresos -que todos conocemos- son la herramienta más importante de la oposición hoy en día. Aun así el índice de aprobación es de los más altos para AMLO ronda el 79%. Y significa el reconocimiento a su trabajo desde todos los frentes; económico, social, inversión, tipo de cambio, abatimiento de la pobreza, en fin. No es solo la conferencia mañanera, esta es solo otro instrumento de gobierno para conectar con los ciudadanos, son también las giras incansables de todos los fines de semana.

Mientras la oposición desde sus foros (tv, radio, prensa escrita) no acepte un solo logro del Gobierno de la República y continúe denostando y creando tergiversaciones para su fines electorales, no podrá tener reconocimiento y ser tomada en serio por algunos ciudadanos  que busquan la objetividad, en lo local, en lo nacional e incluso en lo internacional.

López Obrador ha expresado que es el presidente más atacado, vilipendiado, injuriado desde la época de Francisco I. Madero y tiene razón, pero hoy son otros tiempos y hay otras tecnologías de la información; las promociones que desde la radio en Grupo Imagen o Grupo Radio Fórmula –por ejemplo- hacen diariamente Chumel Torres y Joaquín López Dóriga  en contra de AMLO solo empobrecen la calidad moral de los autores, solo demuestran la impotencia absoluta que los obnubila.  Los ciudadanos hoy tienen una gran variedad de elementos para hacer contrastes de la información y de la forma como reciben esa información, la edición y el escarnio ya no son patente de un solo medio o presentador de noticias, como lo fue en muchas décadas bajo las cuales la palabra de  determinado presentador de noticias era la verdad absoluta.

Si el Frente opositor en configuración por una candidatura común no entiende lo anterior está destinado a continuar como una oposición reactiva, reaccionaria, sin argumentos, sin objetividad y lo pero, sin propuestas.

Hoy instituciones como el INE y el TEPJF juegan un papel de lado de esa oposición para –al costo que sea- hacer callar al presidente de México. La influencia o el predominio moral de López Obrador con la base social del país es determinante y puede provocar no solo el triunfo del candidato oficial que resulte electo sino también la desaparición, extinción o pérdida de registro de algunos partidos que ya son meramente simbólicos. Una nueva reconfiguración de fuerzas políticas vendrá a partir de 2024.

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