Cuando se habla de cambio climático, inmediatamente vienen a la mente imágenes de grandes fábricas con negras fumarolas saliendo de sus chimeneas o aviones que siguen utilizando combustibles contaminantes o bosques talados hasta su extinción.

Pero hay otras cosas que contribuyen al cambio climático y, aunque no lo parezcan, son altamente peligrosas pues no ayudan a revertir el calentamiento global.

Una de ellas es el arroz, un producto que está al alcance de la mano. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que la mitad de la población mundial consume arroz como alimento básico.

Pero este es un cultivo muy complicado de cosechar. Se requieren de grandes cantidades de agua para mantener irrigados los arrozales del mundo y esto conduce a microorganismos en el suelo húmedo que producen metano, un gas de efecto invernadero que es significativamente más potente que el dióxido de carbono.

El cultivo de arroz representa del 1 al 2 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre. Y la tala y quema necesarias para dar paso a nuevos arrozales también contribuyen a la liberación de dióxido de carbono en la atmósfera.

El queso y el metano

El queso es el tercer mayor productor de emisiones de carbono en la industria de la carne y los lácteos, detrás de la carne de res y de cordero.

Genera 13.5 kilogramos de emisiones equivalentes de dióxido de carbono, por cada kilogramo ingerido, lo que lo coloca más arriba en la lista de los infractores del cambio climático que el pollo, el cerdo, el pavo o el salmón.

¿Por qué pasa esto? Porque se utilizan alrededor de 10 litros de leche para producir un kilogramo de queso, debido al proceso de maduración, aunque los quesos más blandos contienen menos leche, por lo que tienen un menor efecto sobre el medio ambiente.

El sector lácteo mundial produce alrededor del 4 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre, de las cuales las vacas y otros animales productores de leche son en parte responsables, ya que emiten grandes cantidades de metano, que causa más daño a la atmósfera que el dióxido de carbono.

¿Qué se está haciendo por el planeta?

ARROZ.

Los investigadores están trabajando en todo el mundo para desarrollar variedades de arroz con mayores rendimientos de producción y que no requieran inundación de arrozales para crecer, con la esperanza de reducir el impacto que tiene en el calentamiento global el cultivo de arroz.

QUESOS.

La FAO estima que las mil 500 millones de vacas destinadas a la producción de alimentos alrededor del mundo liberan 100 millones de toneladas de metano con sus eructos y flatulencias, equivalente a arrojar a la atmósfera 2 mil 500 millones de toneladas de CO2. Por ahora, los científicos están trabajando para desarrollar alimentos que les provoquen menos gases.

Fuente: La Verdad.

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